“El Profesor”, Tomás Silverio - Campesino Digital

Notas:

martes, 12 de abril de 2011

“El Profesor”, Tomás Silverio


Cuqui Córdova Hemos perdido a quien es considerado por la crítica deportiva dominicana como uno de los mejores jardineros centrales de su época (años 60 y 70). Bateaba y tiraba a al zurda. Jugó con las Águilas y el Licey. Actuó en México y participó en las Grandes Ligas con los Angelinos de California.


A Tomás Silverio le titulaban “El Profesor A Tomás Silverio le titulaban “El Profesor”, era un verdadero maestro del fildeo. Había nacido el 14 de octubre de 1945, en Santiago de los Caballeros. En sus años de actividad, medía de estatura 5’10’’ y pesaba 165 libras.


Murió a la edad de 65 años. Pueblo Nuevo. Su padre, Alfredo Silverio y sus demás hijos, todos intervinieron en el béisbol aficionado. Cuando se eligió el equipo del siglo de las Águilas Cibaeñas, en los jardines se colocaron a Miguel Diloné, Luis Polonia y Tomás Silverio.


El ex outfielder, por sus actuaciones, fue exaltado, en el Ceremonial número 43, que tuvo efecto el domingo 18 de octubre del 2009, al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano. Un buen pelotero y un mejor ser humano nos acaba de decir “adiós”.



Descansa en paz inmortal. Leoh León Sturla Ha fallecido un caballero del deporte, el capitaleño Leoh León Sturla, una persona muy jovial, un alegre conversador, muy afable y conceptuoso. Este amigo ingresó a la benemérita ACD en 1937.


Fue jefe de la página deportiva del diario “La Tribuna” y fundador de la Sociedad Pro-Deportes, de grata recordación por todo cuanto realizara a favor de las actividades del músculo. Leoh llegó a ser Presidente de esa entidad.


También debemos indicar que León Sturla sirvió de delegado del país en los V Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Barranquilla-Colombia en 1946. Fue la primera vez que Dominicana se hacía presente en un clásico de estos.


La vida de Leoh está repleta de actuaciones sanas que lo califican como un ejemplo positivo a ser imitado. Entre sus muchos haberes, recordamos que fuere Presidente del Casino de Gu¨ibia y allí también prevaleció el deporte.



En sus últimos años era un devoto de la práctica del juego de bocha en el Santo Domingo Tennis Club. Sentimos mucho el deceso de nuestro querido Leoh y hacemos extensivo un abrazo de condolencias a sus hijos Leoh Nelson, Yslen y Linette, y a sus hijos políticos, Loli, José Manuel y José Miguel. Chichí Cocco Otro que acaba de ausentarse de este incomprendido mundo, es el polista SALVADOR AUGUSTO COCCO, de apodo “Chichí”, medio pariente nuestro, pues el abuelo del que escribe se llamaba Emilio Córdova Cocco. Chichí no era dado a la publicidad, inclusive su fallecimiento fue ignorado hasta por su familia.


Nunca le llamó la atención el ser entrevistado por la prensa para conversar de polo. A nosotros mismos nunca nos dijo que no, pero tampoco dio el sí. Siempre se mantuvo en bajo perfil.


En la década de los años 50 se jugó en el país mucho polo y Ramfis Trujillo, el primer hijo varón del dictador, se ocupó, con la ayuda de su padre, de fomentar ese deporte, donde se involucraban a los caballos, que era la debilidad de Rafael Leonidas.


Ramfis formó el “Ciudad Trujillo Polo Club”, cuarteto ese que ganó torneos en Miami y en Europa; y uno de sus componentes era el jinete Chichí Cocco, el cual era diestro con el caballo y en el uso del palo para chocar la bola.


Para aquella época de los 50, Chichí era de los mejores polistas criollos. Es una pena que se ignoren muchas de sus actuaciones, ya que él nunca se ocupó de que la gente supiera su labor en el deporte del polo. Alba Celia, estoy contigo.


Recibe nuestro pesar, lamentamos la partida de Chichí, así es la vida, primero llegamos y luego nos marchamos. La familia Guerrero El principal en el tronco de la familia Guerrero, don Epifanio cumplió 100 años de vida, un siglo, quien es responsable de seis hijos varones. El sureño nació el 4 de abril de 1911 en el paraje de El Sombrero de Baní.


La gráfica nos muestra a esa estampa de durabilidad, sentado en su casa. Detrás de él, se encuentran, desde la izquierda, sus hijos, Fernando, Radhamés, el super escucha e inmortal Epifanio Guerrero, Mario y Héctor. Falta en la foto, José Ramón. Todos ellos tienen un signo común, el béisbol

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