Ni pedir ni chapear, Chavelys prefirió trabajar. - Campesino Digital

Notas:

domingo, 13 de marzo de 2016

Ni pedir ni chapear, Chavelys prefirió trabajar.




La mujer sureña se la ingenia para subsistir ante la falta de empleos en esta rica pero deprimida región, donde los hombres y mujeres se sortean la vida en para conseguir el sustentos de sus hogares.

Por Wellington A Pérez

periodistavirtual@gmail.com

Nació de una familia muy humilde y pobre, pero muy trabajadora. Condenada al fracaso económico por doble vía: la de nacer con tantas carencias y las pocas oportunidades de empleo de la zona. Ella es Mary Chavelys Olivero Rubio tiene 28 años de edad, madre soltera de tres hijos, deportista y emprendedora.


Cada día se levanta muy temprano en las mañanas y prepara a sus hijos para llevarlos a la escuela. Cuando lo hace, vuelve a su casa, saca su vieja motocicleta, le amarra un carretón y comienza a llenar el mismo con botellones de agua que vende en las calles del municipio de Cabral, bajo un implacable sol.

Siempre ha sido una fajadora y emprendedora. Desde una palatera, una fritura, puesto de emanadas hasta vendedora de agua, Chavelys es un ejemplo de trabajo y arrojo.

Ante la falta de oportunidades de empleo de la zona, La Chave, como muchos le llaman, emprendió su negocio de vender botellones de agua a domicilio hace poco más de ocho meses, ganándose no solo el dinero de sustento familiar, sino el respeto y admiración de toda la comunidad que ve en ella una digna representación de la mujer.

Además de madre y emprendedora, La Chave se destaca también en los deportes. Fue miembro de la Selección Nacional de Softbol del país, oportunidad que le permitió visitar playas extranjeras. En la actualidad dirige a “Las Rokas”, equipo de softbol femenino que fundó  años atrás.

“Por donde quiera que paso los hombres y mujeres me alaban por lo grandiosa que soy. Dicen que me admiran. A mí me gusta trabajar, pero hacer lo que hago no es fácil, pero soy una guerrera agresiva de esas que se crecen y vencen las grandes adversidades de la vida. Solo le temo a Dios. Soy recta, aguerrida y decidida en lo que hago" expresa Chavelys mientras gotas de sudor caen de su frente cada vez que toma un botellón de agua para ponerlo en el carretón”.

Los estudios
Tiene cursados dos semestres de Licenciatura en Enfermería en la UASD, pero debido a su situación actual, ha tenido que retirarse para poder mantener sus hijos. Chavelys realizó cursos de Auxiliar de enfermería, Auxiliar de Farmacia, Técnico en Computadoras y Técnico en Hotelería y Turismo, todos realizados en la Escuela Vocacional de las Fuerzas Armas y la Policía Nacional de Barahona.

Su futuro.
Piensa volver a la universidad y retomar sus estudios de enfermería lo más pronto posible. También piensa extender su negocio de venta de botellones de agua.
“Es difícil hacerlo sola sin una mano amiga. Seguiré adelante. Y si Dios me manda un buen samaritano que quiera invertir o aportar algún recurso que esté a su disposición, que me permita hacer mi trabajo en una camioneta que me permita realizar mi trabajo con mayor eficiencia y seguridad, veré mi sueño cumplido” finalizó la emprendedora mujer”.

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