Jugó a perder el PRM - Campesino Digital

Notas:

viernes, 29 de abril de 2016

Jugó a perder el PRM


A menos de 17 días para las votaciones nacionales, el opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM) luce agotado, rendido, ante un oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que ha amortiguado su crisis interna de cara al proceso y, según las encuestas, se acerca a su quinta victoria (más o menos 60%).

Nada diferente a lo esperado ante la terquedad en sus desenfoques desde su fundación en 2014. Parece que ha jugado a perder.

En este último tramo el PRM sigue, por tanto, de tumbo en tumbo, pese a que la propaganda de los morados lo ha tratado con “guantes de seda” tal vez porque percibe que la balanza se inclina mucho y sin reversa a su favor. No es por nuevo.

En medio de un agudo choque de liderazgos en el tradicional Partido Revolucionario Dominicano (1939), parte de la dirigencia optó por desprenderse y negociar su legalización ante la Junta Central Electoral vía el cambio de nombre de la vieja franquicia de la familia Abinader, la ASD. Nada casual la escogencia del empresario cementero, turístico y universitario Luis Abinader como candidato presidencial.

Desde entonces no ha parado de cometer errores y exabruptos que le han costado muy caro. Tan caro que su futuro más allá del certamen del 15 de mayo parece incierto.

Ha fallado en su estrategia de desacreditar al presidente del partido blanco, Miguel Vargas, para ahondar el caos y quitarle toda la militancia; en su afán de atomizar al morado a través del discurso sobre una confrontación virulenta Leonel Fernández-Danilo Medina; en concentrar los ataques feroces contra el ex mandatario (1996, 2004, 2008) y presidente del PLD, mientras dejaba correr solo casi todo el trayecto al presidente-candidato Medina; en la selección y manejo de los temas de campaña (visitas sorpresa, seguridad social); en su objetivo de obviar la experiencia en el ejercicio del poder y el posicionamiento de la organización oficialista en el imaginario de los electores; en la selección y manejo de los temas de campaña; en apostar públicamente a la eventualidad de una segunda vuelta; y hasta en la puesta en escena de su candidato presidencial (soso, errático, poco convincente, preñado de disonancias).

Con menos de ahí se fracasa en unas elecciones.

La autocrítica ha estado ausente, sin embargo, desde la realización de su “XVII Convención Nacional Extraordinaria Ana María Acevedo”, el 26 de abril de 2015, la cual escogió a Abinader como candidato y estableció que el PRM encabezaría la “Convergencia por un mejor país”.

En este último tramo el PRM sigue, por tanto, de tumbo en tumbo, pese a que la propaganda de los morados lo ha tratado con “guantes de seda” tal vez porque percibe que la balanza se inclina mucho y sin reversa a su favor. No es por nuevo.

Una grave falla de origen, casi insalvable, sufre el motor de ese barco. Ha cargado acríticamente con parte de la rémora responsable de los recurrentes vaivenes del histórico PRD, con una sólida experiencia en bulla, guapeza y desacreditar personas, pero una incapacidad infinita de anteponer intereses personales para articular equipos y conquistar el poder. O para perderlo rápido cuando lo obtiene.

Si no hay cambios de fondo, su futuro no pinta claro ni siquiera más allá de mayo aunque obtenga en las urnas más o menos 25% de los votos que le consignan las encuestas y comience a recibir de la Junta Central Electoral 300 o 400 millones de pesos en años de comicios. Sería un aliciente.


 reproducido de 7dias .com.do

No hay comentarios:

Publicar un comentario