Por: Yassir Feliz
Desde hace unos días se observa una campañita desmedida en medios digitales y redes sociales en contra de los jueces que aspiran nuevamente a conformar las Altas Cortes.
La campaña de descrédito y bien orquestada por grupos alternativos, miembros de marchas y la oposición rancia que nunca reconoce nada a nadie, salvo a los de ellos, busca dañar la honra bien ganada por profesionales que han demostrado ecuanimidad y seriedad.
En esta ocasión no voy a mencionar, pero tampoco daré ejemplos, de gente que no conozco, solamente tocaré a la doctora Mabel Féliz Báez, a quien sí conozco.
Englobar y querer enlodar el prestigio personal y profesional de Mabel es una afrenta que las personas sensatas y quienes la conocemos no podemos darnos el lujo de permitir sin expresar nuestro repudio a tan burda y cobarde pretensión.
La brillante hoja de vida de esta intachable profesional y ejemplar ciudadana no puede caer derrotada ante los comentarios falsos o malsanos de estos irresolutos perfiles falsos y fan page que regentean un grupúsculo de desacreditadores expertos.
Desde su ingreso a la vida pública desempeñando varias posiciones en el Estado, la doctora Mabel siempre ha sido un ejemplo de honestidad, pulcritud y gerencia, ganándose así el respeto de la sociedad dominicana. Nunca ha hecho nada que haga bajar su cabeza o la de su familia. Desde los cargos que ha ostentado lo ha hecho con temple, seriedad, coherencia y cohesión a las reglas y a la ley. Una dama llena de valores, de palabra suave, voz templada y dulce trato, pero con carácter.
Mabel, por su integridad, profesionalidad y capacidad probada la han llevado a jugar un papel preponderante y delicado como jueza del TSE en un momento tan difícil de nuestra historia, sin verse jamás envuelta en escándalos donde se haya vandalizado ni asociado para romper las normas jurídicas y prudenciales que ameritan la posición desempeñada.
