Esto es lo que ocurre en la granja de Adam y Emily Hopson, en Carolina del Norte, con sus vacas escocesas, muy características por su pelaje y a quienes cuidan con todo lo que necesitan.
Pero dentro de su ganado hay una vaca, cuyo nombre es James, becerro que fue rechazado por el resto de los de su especie. Por eso, fue criado desde pequeño por la pareja y junto a los perros que tienen.
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