José Ricardo Taveras repudió la invocación al diálogo entre gobierno dominicano y la sociedad civil hecha por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con el objeto de “solucionar” los conflictos derivados de la migración haitiana, aduciendo que la sociedad civil que emplaza el país en los organismos internacionales, lo hace a través de “una perseverante actividad de insubordinación al orden legalmente establecido.”
Recordó que esa misma sociedad civil es la que demandó la inconstitucionalidad de la Ley General de Migración No. 285-04, doce días después de promulgada en el 2004, ocasión en la que recibiera por respuesta la Sentencia No. 9 del 2005 dictada por la Suprema Corte de Justicia (SCJ), en sus atribuciones de corte constitucional, que es el verdadero precedente que establece con claridad meridiana que los hijos de extranjeros en tránsito no son dominicanos. Desde entonces, en vez de aceptar el dictamen final e irrevocable del Estado de derecho, han sostenido con apoyo financiero de organismos y gobiernos extranjeros, un largo peregrinaje en el que crucifican la imagen del nuestra nación y gobierno como racista y xenófoba.
El ex director de migración afirmó que “seguir sosteniendo la retroactividad de la Sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, no es más que una renovación de voto de su labor conspirativa, con el objeto de implosionar la autoridad del Estado, que al respecto ha tomado una decisión, que de conformidad con el artículo 277 de nuestra constitución y de los principios generales del derecho, es absolutamente irreversible.”
Lamentó que sectores del gobierno sean los que instiguen esas denuncias y empoderamientos de organismos internacionales, que carecen de la más mínima competencia para inmiscuirse en un facultad reservada por el derecho internacional a la soberanía del Estado dominicano. “Desgraciadamente, el país está en manos de lobatos, gente que desconoce la trascendencia de su misión y los límites de sus responsabilidades, es lastimoso ver un embajador dominicano invocando la voluntad política de todos los actores del país para modificar la ley de migración, cuando el verdadero drama existe porque no se aplica y porque además cualquier cuchitril gubernamental tiene más presupuesto que la seguridad de la frontera.”
El también ex diputado y secretario general de la Fuerza Nacional Progresista (FNP) adujo, que frente Haití, nosotros no tenemos un problema migratorio, “lo que tenemos es un ilimitado e insostenible derramamiento de población, con la agravante de que se produce, en un contexto de enajenación total de la autoridad respecto a sus deberes sagrados de preservación de la soberanía nacional.” Denunció que padecemos una autoridad entregada al laissez-faire, laissez-passer en el tema del control de frontera terrestre especialmente, que invita esos organismos a sesionar en nuestro territorio, siempre con el objeto de darle sustento externo al desatino de su ausencia en el
control migratorio, lo que tarde o temprano nos planteará desafíos impredecibles, cuando la población tome la solución en sus manos.
DE LA OFICINA DE JOSE RICARDO TAVERAS BLANCO Josericardotaveras@gmail.com
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