Uno de los personajes que mas acapara la atención del Pueblo Dominicanos en estos momentos es Marlyn Martínez, madre del supuesto culpable de la muerte de Emely Peguero, un hecho ocurrido el 23 de Agosto del año pasado que conmovió los cimientos de esta sociedad, cuando esta desaparece en manos de su novio Marlos Martínez y este una vez consumado el hecho o mejor dicho el asesinato recibe el apoyo incondicional de su madre en el desaparecimiento y ocultamiento de la malograda joven de 16 años y la criatura que llevaba en su vientre.
Por lo que se ve y las pruebas obtenidas en contra del acusado Marlon Martínez es imposible refutar el homicidio voluntario vía ahorcamiento o en el mejor de los casos involuntario como resultado de un intento de aborto fallido e involuntario a manos de su novio y Verdugo Marlon.
Por otra parte tenemos a la co acusada Marlyn Martínez, madre o mejor aun, madre-apoyadora, de este pichón de sicópata.
Esta señora sin arrugársele la cara se para en frente de las cámaras suplicándole a su yerna embarazada que “por favor volviera” cual Jesucristo al tercer día .
Según el Vox Populi, traducido al español como “la voz del pueblo” esta señora viaja a la capital el día del crimen y solo regresa a su pueblo una vez consumado el hecho.
También se sabe que Marlyn que en su afán de proteger a su único vástago contrato a un pelafustán el cual ayudo en el traslado del cuerpo de la victima a diferentes lugares.
Es mas, tanta es su culpabilidad que todavía hoy en los juicios televisados se le ve defender al asesino de la adolescente con uñas y garras maternales.
Es por eso que la justicia Dominicana debe aplicarle la pena máxima a esta cómplice e imponerle los dos años de prisión que le tocan por ser cómplice en el OCULTAMIENTO del cadáver de Emely.
Señores la ley no puede gobernada por el Vox Populi, la ley debe ser justa y coherente aunque no sea popular.
Lo primero que voy a definir son los crímenes morales de Marlyn: para comenzar no supo criar un hombre de bien, sino aun hombre sin carácter lo cual no lo ayudo en el momento de sopesar las consecuencias de sus actos.
También se le acusa de burlarse del pueblo Dominicano al implorarle a la fallecida victima que “apareciera” aun ella teniendo conocimiento que esto era imposible pues el olor de la desesperación y la sangre de Emely todavía emanaban de los poros de su vástago, el cual con cara de idiota y “yo no fui” estaba sentado a su lado como todo un mojón!
Para sellar su condena moral están las fuertes demostraciones de amor que ella todavía de forma irreverente le da a su hijo en los tribunales cada vez que se “topetan”.
Ahora bien quitémonos las mascaras de jueces morales e hipócritas de todos los que quieren ver la cabeza de esta mujer rodar en la corte cual coliseo romano.
Nada de lo que ha sido acusada moralmente es punible por la ley, ni ser ma’i apoyadora, ni viajar a la capital el día de la desgracia, tampoco es ilegal decirle a su hijo rico que resolviera su problema con respecto a la muchachita barrial, la cual su madre hoy muy acongojada y haciendo lujo de un dominio escénico pide justicia para su hija y 20 millones de pesos para ella claro esta.
Acaso no es la mama de Emely culpable de amoralidad al dejar a su hija de 11 años meterse en una relación física-amorosa con un joven 5 años mayor que ella?
Entonces la lógica solo nos deja una conclusión muy clara: ninguna madre rica quiere parir pobres y todas las madres pobres quieren parir ricos, esta no fue la excepción.
La justicia Dominicana no puede ser manejada por los medios de comunicación y mucho menos por ustedes los allantosos morales, dueños de una doble cara y en ocasiones hasta una doble vida, es por eso que te pregunto a ti que en este momento estas leyendo estas líneas con las cejas paradas cual juez Ingles del renacimiento, lo siguiente:
Si tu hijo/a comete un crimen ya sea de esta calidad o por ejemplo que esconda un kilo de drogas en tu casa, llamarías a la policía y lo/a entregarías?
Antes que contestes te dejo con mi contra respuesta: JABLADOR!
Carlos J. Díaz Gómez
Comunicador, reside en Baltimore, Maryland
