De Humberto Salazar
No hay nada peor que acostumbrarse a vivir sin trabajar, a pedirlo todo, a gritar miseria, a dejar que sean otros los que te resuelvan los problemas, no importando lo mísero e indigno que supone este tipo de comportamiento.
Ya lo dice un proverbio chino: ¨Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para toda la vida¨.
Esto lo decimos, porque al escuchar el discurso de nuestro Presidente Danilo Medina en la Asamblea de las Naciones Unidas en el día de ayer, la mayor parte se refería al tema de la necesidad de ayuda internacional, para dotar de documentos de identidad a los haitianos, tanto a los que viven en ese país, como a los que se encuentran como ilegales en territorio dominicano.
Haití se ha convertido en un país que vive de su pobreza, la cual es un excelente negocio para el grupito elite que controla todos los negocios dentro de su territorio, y que compone la elite que ¨gobierna¨ el desastre dejado por Francia en medio del mar de las Antillas.
Ademas de tener una población que vive en la mas espantosa miseria, Haití es una fabrica de exportación de pobres para otras naciones, ya que esos millones de seres humanos tienen que escoger entre morirse de hambre en el lugar donde nacieron o emigrar a cualquier lado, en donde por lo menos puedan comer una o dos veces al día.
¿Puede alguien hablar de que existe un país con algún nivel ce organización en un lugar que es incapaz de otorgar un papel con un nombre y apellido, mas los nombres de un padre y/o una madre que por lo menos indique cual es el origen de esa persona a sus habitantes?
¿Como entonces se puede exigir al vecino, que estuvo una vez en la misma situación y que resolvió su problema con gran esfuerzo y trabajo que cargue con el peso de siglos de explotación de un territorio donde todo el mundo se ha declarado impotente para resolver los problemas?
Los que dicen gobernar Haití se han dedicado a denostar y acusar a la República Dominicana, que una vez estuvo al borde de la caridad internacional, de ser un país racista, xenófobo, creador de un nuevo apartheid, esta vez en el continente americano.
Sin embargo, de lo único que nuestro país es culpable, es de estar en vías de superación de males históricos, que como el analfabetismo de una parte de la población, será resuelto con el plan Quisqueya Aprende Contigo, como lo pronosticó el Presidente Danilo Medina ayer en la ONU.
Y ahora tenemos que dedicar esfuerzos, tiempo y dinero a pedirle a la comunidad internacional que por favor ayude a Haití a dotar de documentos a sus ciudadanos, para resolverles el problema que tienen en su territorio que ademas se traslada al nuestro.
La ONU hubiera sido una excelente oportunidad para destacar los avances y desafíos de la República Dominicana como nación, en temas tales como turismo, educación, salud, energía y desarrollo de diversas áreas, sin embargo lo tenemos que dedicar a pedir para nuestros acusadores y detractores.
Y no solo en la Asamblea General de la ONU, en una reunión del Presidente Medina con el financiero y multimillonario George Soros, de lo que se habló fue sobre la ayuda que necesita Haití para dotar de documentos a su población, como si esto fuera la obligación de la República Dominicana.
Ya lo dijimos, no hay nada mejor que sean otros los que te resuelvan los problemas, nos imaginamos que mientras los dominicanos hacían el esfuerzo, que es obligación de los haitianos, el Presidente de ese país, el cantante Michel Martelly estaría en alguna tarima o discoteca de la ciudad de Nueva York haciendo lo que sabe hacer: cantar y bailar encima de una tarima.
¿Será que nuestras autoridades no entienden, que nos duelen los hombros y hasta el alma, con el peso físico y anímico que significan los haitianos ilegales dentro de nuestro territorio?
¿O es que nunca se podrá comprender que es un ejercicio inútil seguir regalando el pescado a los haitianos para que coman un día, mientras como los gatos miran para otra parte para no agradecernos?
Mientras la actitud no cambie seguiremos siendo objeto de el escarnio internacional que estamos siendo sometidos de parte de Haití y sus socios internacionales.
A veces es necesario dar un golpe en la mesa y decir dos o tres ¨coños¨bien hispanos para que se entienda.
Cuánta falta nos hizo en el día de ayer al Danilo Medina que vimos defender con gallardía a nuestro país frente a la agresión que se nos hizo en La Habana.
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