¿Para qué estudiar periodismo en un país que no necesita periodistas? - Campesino Digital

Notas:

jueves, 25 de agosto de 2022

¿Para qué estudiar periodismo en un país que no necesita periodistas?



Por JUAN TAVERAS HERNANDEZ
  
Conocí a una joven que con gran entusiasmo y satisfacción me dijo que había terminado la carrera de comunicación social en una de las universidades del país.

Quedó muda cuando le pregunté si estaba convencida de haber elegido bien la carrera con la cual pretendía abrirse paso durante la mayor parte de su vida.

No entendió bien la interrogante: ¿Para qué estudiaste periodismo en un país que no necesita periodistas? ¿Para qué ir a un centro de estudio a especializarse en una carrera en decadencia?La chica parecía cada vez más escéptica.

Ya cualquiera es periodista, cualquiera se engancha a comunicador. Las redes sociales están saturadas de comunicadores.

Más fácil obtiene una entrevista con un ministro, un alcalde, el presidente o vicepresidente de la República, un “Influencer”, mientras más bruto, mejor, que un periodista de la categoría de Edith Febles, que no abandona el sentido crítico, y que pone en duda todo cuando se le dice, porque sabe que “dudar” forma parte del ejercicio periodístico.

La dominicana es una sociedad en decadencia, amoral por completo, donde lo positivo es falso y lo falso positivo, donde se promueven falsos valores, ídolos con los pies de barro, que apenas saben leer y escribir, pero que, gracias a su propia ignorancia, a la vulgaridad, la obscenidad, el morbo y la pornografía, logran llamar la atención de los demás.

Vivimos en “la sociedad del espectáculo”, como escribiera Debord, donde el “tener” es más importante, socialmente, que el “ser”.

Las redes sociales han formado la tesis de “la sociedad del espectáculo” que se pone en escena cotidianamente en todas nuestras actividades, ya sean individuales o masivas.

La vida es un espectáculo, al igual que la muerte, la tragedia, el desamparo, el hambre y la miseria.
Tengo meses que no enciendo el televisor, que no escucho radio y sigo a pocas personas en las redes sociales.

Mantengo una cuenta en Twitter solo para escribir lo que pienso; no le respondo a nadie, ni leo las cosas desagradables que me escriben.

Cada vez me aíslo más del “espectáculo”, porque definitivamente, como decía Enrique Santos Discépolo, “los inmorales nos han igualado”, porque hoy más que ayer “a nadie le importa si naciste honrado”, porque da lo mismo “un burro que un gran profesor”.

¿Para qué estudiar, hacerse profesional, adquirir con esfuerzo y dedicación una maestría, un doctorado, con tanto esfuerzo si basta con desnudarse, decir algunas vulgaridades para convertirte ser un “influencer” famoso en el mundo del espectáculo?

En el mundo del espectáculo no importa si una cosa es falsa o verdadera, es lo que la gente quiera creer en un momento determinado.

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