LA RESURRECCIÓN DEL PADRE ROMERO - Campesino Digital

Notas:

lunes, 20 de octubre de 2014

LA RESURRECCIÓN DEL PADRE ROMERO



Carlos J. Diaz Gomez   

Un frío día de marzo de 1980, el brazo armado del partido salvadoreño ARENA, un grupo paramilitar conocido como la mano blanca, silencio para siempre a "la voz de los sin voces", el arzobispo Oscar Romero. El enano mental al cual el le ofreció una ostia le devolvió una bala, con tal estruendo que se oyó en toda Latinoamérica.

El 24 de Marzo de ese año silenciaron una voz mas no un pensamiento, el padre Romero no era del Salvador era del mundo.
Aun mas lamentable ha sido que su muerte fue y sigue siendo en vano, que este pequeño país, el mas pequeño de centro America, pero a la misma vez el mas poblado del mismo, sigue en el desorden ideológico, político y hasta cultural.

En el Salvador desde el fascista general Martínez en en 1931 hasta la fecha solo han existido tres tipos de gobierno. Las juntas militares como la del 1979, los hijos de estos de la extrema derecha y los hijos ilegítimos del mismo, nacidos en la selva, de madre indígena que forman la derecha (disfrazada de izquierda) salvadoreña.

Estos últimos son los mas extraños pues cuando eran oprimidos representaban el sufrimiento de un pueblo, la dignidad indígena. Luchaban por un orden social, una igualdad de derechos y riquezas, claro todo esto como la mayoría de revoluciones latinoamericanas era solo un espejismo creado por teorías moribundas marxistas y el hambre.

Ya este hijo ilegitimo no vive con su madre en la selva, se mudo con su padre a la casa de gobierno, busco un señor de apellido Funes-to, para que hable por el, pero le salio muy derechista, ahora ha buscado un re-emplazo, un verdadero líder de la guerrilla, el vice-presidente Sánchez Ceren. Esperemos que este nuevo casi-presidente, pues no llego al 50% mas uno necesario para ganar en primera vuelta, entienda lo siguiente: un FMLN sin pacto para la segunda vuelta solo GANA- ARENA.

Mientras tanto las gangas importadas de Estados Unidos conocidas como MARAS, siguen llenando las calles de violencia Y drogas, ahuyentando el turismo de este bello país, la madre indígena muere de hambre, sin techo y su hijo en la casa de gobierno no la recuerda, no la llama, ni siquiera recuerda sus años mozos, donde creció y quienes le dieron de comer.

Sino me creen les pregunto: de Napoleón Duarte a Funes, que ha cambiado?
Nuestro padrecito de las Américas, que se quede tranquilo donde esta, pues si resucita, no se si a los tres días pero de que lo crucifican lo crucifican.

CARLOS J. DÍAZ GÓMEZ.

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