Resulta increíble saber que en una provincia donde aún se extrae y se exporta anualmente miles toneladas métricas de yeso. Donde este material existe en abundancia, hasta en una de sus icónicas lomas, es inverosímil que el hospital Jaime Mota no tenga yeso para inmovilizar las fracturas de sus pacientes.
Este fue el caso de una niña, oriunda de Cabral, que sufrió una fractura y no la pudieron enyesar porque el material se había agotado hacía varios días en ese centro médico. La madre de la pequeña Alexandra Faustín, estuvo con la niña dando “pasillazos” durante días en el hospital a la espera de la llegada de ese material.
Siempre hemos creído que el verdadero problema de ese hospital reside
en que los gobiernos de turnos, por años han carecido de la voluntad
para hacer de ese nosocomio una prioridad. Si existiera voluntad, ese
hospital sería una institución que en nada tendría que envidiarle a las
clínicas privadas.
Tomado del perfil en Facebook de David Barahonero.
Tomado del perfil en Facebook de David Barahonero.