El general en su laberinto - Campesino Digital

Notas:

lunes, 8 de abril de 2019

El general en su laberinto




El laberinto del general Simòn Josè Antonio de la Santìsima Trinidad Bolivar y Palacios comenzò, como comienzan todos los intrincados laberintos existenciales, con el hastio, el desengaño, la tristeza y el envejecimiento prematuro.

Sòlo conocemos al Simòn Bolivar de la meteòrica ascenciòn.

El de los triunfos bèlicos contundentes.

El de los èxitos arrebatadores con las mujeres.

El de la idea de la Uniòn Panamericana.

El libertador de cinco naciones en Sur Amèrica, pràcticamente seis con Panamà pero que la Repùblica de Panamà no surge en los tiempos del Libertador sino despuès. Esas naciones que deben a su espada, y a su valentìa en el campo de batalla de paternidad son: Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perù, y tambièn Panamà desmembrada provincia de Colombia constituìda repùblica independiente.

Bolivar que naciò en Caracas a fines del siglo XVIII, fue inducido por su maestro y mentor Simòn Rodrìguez a codearse intelectualmente con los enciclopedistas, y con las obras de los geniales Voltaire y Rousseau.

De muy joven viajò a Europa y quedò francamente descorazonado de la España que vio. Desunida internamente. Invadida por Francia. Conmocionada aquì y allà por intentonas, luchas civiles y un atraso penoso. Bolivan pensarìa..."¿y eso es lo que nos sojuzga y gobierna en Amèrica?...No relajes"...

Asiste a la coronaciòn de Napoleòn y queda deslumbrado. Jamàs serìa afrancesado. Jamàs renunciarìa a independizar Amèrica. Las ideas se agolpan en su caberza. Estando en Roma se hace el juramento de arrebatar Amèrica a España. En 1810 se consagra a tal empresa, y tan sòlo tres años màs tarde, en 1813 entraba apoteòsicamente a Caracas como libertador en medio de un recibimiento descomunal. Tan sòlo contaba entonces con treinta años. Los 17 años que le restaban de vida seràn para complementar su gigantesca obra de padre de naciones. De hèroe panamericanista. De espada hasta ir cayendo en el nebuloso laberinto que estupendamente nos cuenta en su narrativa "El General en su Laberinto" el maestro, Garcìa Màrquez.

Lo verdaderamente notable de esta novela es "retratar" y lo hace un colombiano que idolatran su padre de la patria, el anti-bolivar. El Bolivar rindièndole, antes de tiempo, cuentas finales a la vida, valentudinario, erràtico, insomne.

Pocas veces, al novelar una biografìa se describe, dirìase, la decadencia de los fulgores del sol de antaño. Con magistral y machacona insistencia, Garcìa Màrquez, mete por activa y por pasiva la pobreza de energìas, el desamparo, la àrida sexualidad de este protohombre de Amèrica que a la edad de 47 años, cuando debìa refulgir como nunca, despuès de su gigantesca apoteosis, se apagaba aceleradamente.

El General en su Laberinto, de Garcia Màrquez, està ambientada en el ùltimo año de vida del Libertador, 1830. El que la lea o la haya leido no debe interpretar la dureza de la narrativa como un irrespeto. Los grandes-hombres son tambièn de carne y hueso. Bolivar alcanzò sitial al lado y por encima de los grandes de grandes en la historia y finiquitò desagradecido, incomprendido de los suyos. Pobre y olvidado.

El Bolivar del epilogo no es ni la sombra del Bolivar fundador de la Gran Colombia. Disminuido y fantasmal. Erràtico e incoherente. Delirante y destemplado. A ratos, el fulgor del halo de su presencia parece crecerse de pronto para volver a la nada.

Leyendo esta narrativa me he preguntado anonadada, ante ese deprimente espectàculo, ¿No exagerarà el autor en aras de impactar? ¿No darà rienda suelta Garcìa Màrquez, a esa invenciòn literaria llena de magia y fantasìa? Estarìa por verse. Lo que sì es històricamente cierto es que Bolivar no llegò al lìmite de su corta vida en medio de las glorias que cosechò, sino moralmente en retirada, hastiado, desengañado.

Eso sì, una vez muerto, como siempre pasa, no han dado abasto los homenajes, a su procera figura en toda Amèrica.

El 17 de diciembre, en la Quinta de San Pedro Alejandrino con sòlo algunos amigos alrededor de su lecho, morìa.

Siete dias antes, y cito textualmente al autor:...-"10 de diciembre, dicta el testamento y la ùltima proclama. Ante la insistencia del mèdico para que se confiese y reciba los sacramentos, Bolivar dice: ¿Què es esto?....¿Estarè tan malo para que se me hable de testamento y de confesarme?...¡Còmo saldre yo de este laberinto!"...