En el barrio de Pétion-ville, zona acomodada de Puerto Príncipe, se formaron filas a las puertas de los supermercados y, del mismo modo, había una notable afluencia de compradores en los mercadillos informales en los que se abastece la mayoría de la población.
Las calles no comerciales de la capital haitiana estaban prácticamente vacías, aunque el tráfico de vehículos continuaba intenso en algunas zonas.
“Nuestra vida ha cambiado. No somos como antes. Pero ciertas valores no deben perderse”, dijo hoy el ministro de Comunicación, Pradel Henríquez, en una rueda de prensa, a propósito de las nuevas maneras de vivir que se imponen con la llegada de la enfermedad al país caribeño.
Las escuelas y la mayoría de los comercios cerraron sus puertas este viernes, cumpliendo las órdenes anunciadas por el presidente haitiano, Jovenel Moise, en la noche del jueves tras anunciar los dos primeros contagios en Haití.
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