POR CARLOS JULIO FELIZ VIDAL
La escasez de aulas en el sistema escolar dominicano crea un problema de sobre población estudiantil en el Sector Público.
Ante esta realidad el Ministerio de Educación, ha visto como una solución otorgar quinientos dolares para que los niños sin aulas en las escuelas públicas, cursen el año escolar en colegios privados.
En principio, la propuesta ayuda a palear el déficit de aulas y facilita que muchos estudiantes no pierdan el año escolar.
La otra realidad es que los 500 dolares le crean un problema a los padres cuyos hijos vayan del sector público al privado.
Los 500 dolares son para la colegiatura, no para que los padres los manejen a su antojo, de ahí que el MINERD los pagaría al colegio donde sea aceptado el estudiante.
Los padres, si bien no pagarían el colegio privado, tendrían unos costos en los que no incurren en las escuelas públicas.
Estos costos serían el de merienda (en los Colegios no hay desayuno ni almuerzo escolar gratuito); pago de transporte (si el colegio no lo tuviese incluido en la tarifa escolar); en el sector público ya se ha incorporado transporte escolar); y los gastos de las actividades cotidianas que deben hacer los estudiantes en los colegios que tienen un evidente costo económico, tanto a título de tareas, excursiones y conmemoraciones que se exigen de manera obligatoria.
Otro problema a contemplar sería la prevención del bullying que puedan sufrir estudiantes del sector público cuando se incorporen a ciertos "colegios de elite", donde se manifiestan acosos por estratificación de clases.
La solución más adecuada para el problema de escasez de aulas está en adelantar o ampliar la construcción de planteles suficientes para abordar la demanda, tomando en cuenta que en República Dominicana el acceso a la educación incluye a nacionales y extranjeros, lo que a su vez explica en parte el déficit de aulas.
La planificación del año escolar tiene que hacerse con tiempo suficiente para evitar que próximo a su inicio, sigamos teniendo el problema de que los espacios para albergar a nuestros estudiantes son insuficientes.
El cuatro por ciento del producto interno bruto (casi un 25 por ciento del presupuesto nacional) dedicado al sistema educativo, es, todavía, suficiente dinero para que se construyan aulas y planteles escolares que resuelvan el problema de espacios para la actividad del aprendizaje, lo que haría falta es colocar de manera prioritaria, cada año, la construcción y rehabilitación razonable de un número de aulas que sean, en algún porcentaje, superior a la expectativa de la demanda, lo que a la larga permitirá erradicar la sobre población estudiantil, sin tener que estar improvisando salidas donde, como dice el pueblo, "la sal pueda salir más costosa que el chivo".
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