Por: Juan Francisco Matos
BARAHONA, (República Dominciana).- En un principio cuando las personas comenzaron a poblar las áreas ubicadas en la cuenca baja del Río Yaque del Sur, creyeron que se asentarían en un paraíso por la fertilidad de los terrenos y la existencia de una gran fuente de agua que les permitiría irrigar con facilidad los predios que cultivaran.
Pero esos pobladores no se encontraron con un paraíso como se imaginaban, sino con un verdadero infierno , el cual a pesar de los tantos años transcurridos, todavía está ahí y no hay posibildiad que este vaya a ser corregido para tranquilidad de esos ciudadanos, en especial los agricultores.
Se construyen muros de contensión, esto, lo otro con la inversión de millones de pesos muros para contener las aguas del Yaque del Sur cuando este aumenta su caudal en tiempos largos de lluvias.
No obstante, el río siempre se sale de su cauce normal e inunda miles de tareas cultivadas en El Peñón, Vicente Noble, Habanero, La Hoya, Pescadería, Hato Viejo, Canoa y otros pueblos de esa zona, cuando esta es tocada por fenómemos de la naturaleza.
A parte de esta vergonzosa y penosa situación se presenta otra más terrible, que es cuando se inundan zonas donde hay viviendas que , lo que permite que la gente pierda casi todos sus efectos hogareños, tras ser dañados por las aguas o arrastrados por las corrientes de las aguas.
Cuando este desastre se manifiesta, los damnificados son evacuadados y alojados en refugios como manadas de animales, donde casi siempre son abandonados a sus suerte, motivando esta acción que muchos salgan antes de tiempo de esos albergues.
"Esta situación se ha dado muchas veces, por lo que siempre nos negamos a salir de nuestros hogares en esos momentos de desgracia por tener vasta experiencia sobre lo que ocurre en los albergues donde nos alojan", dijo el comunitario Luis María Corniell, residente en El Peñón.
BARAHONA, (República Dominciana).- En un principio cuando las personas comenzaron a poblar las áreas ubicadas en la cuenca baja del Río Yaque del Sur, creyeron que se asentarían en un paraíso por la fertilidad de los terrenos y la existencia de una gran fuente de agua que les permitiría irrigar con facilidad los predios que cultivaran.
Pero esos pobladores no se encontraron con un paraíso como se imaginaban, sino con un verdadero infierno , el cual a pesar de los tantos años transcurridos, todavía está ahí y no hay posibildiad que este vaya a ser corregido para tranquilidad de esos ciudadanos, en especial los agricultores.
Se construyen muros de contensión, esto, lo otro con la inversión de millones de pesos muros para contener las aguas del Yaque del Sur cuando este aumenta su caudal en tiempos largos de lluvias.
No obstante, el río siempre se sale de su cauce normal e inunda miles de tareas cultivadas en El Peñón, Vicente Noble, Habanero, La Hoya, Pescadería, Hato Viejo, Canoa y otros pueblos de esa zona, cuando esta es tocada por fenómemos de la naturaleza.
A parte de esta vergonzosa y penosa situación se presenta otra más terrible, que es cuando se inundan zonas donde hay viviendas que , lo que permite que la gente pierda casi todos sus efectos hogareños, tras ser dañados por las aguas o arrastrados por las corrientes de las aguas.
Cuando este desastre se manifiesta, los damnificados son evacuadados y alojados en refugios como manadas de animales, donde casi siempre son abandonados a sus suerte, motivando esta acción que muchos salgan antes de tiempo de esos albergues.
"Esta situación se ha dado muchas veces, por lo que siempre nos negamos a salir de nuestros hogares en esos momentos de desgracia por tener vasta experiencia sobre lo que ocurre en los albergues donde nos alojan", dijo el comunitario Luis María Corniell, residente en El Peñón.
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