La laguna de Cabral agoniza (1) - Campesino Digital

Notas:

martes, 21 de julio de 2020

La laguna de Cabral agoniza (1)

La laguna de Cabral o del Rincón está a punto de secarse por completo. El 12 de julio pasado apenas le quedaba el 1% de los 28 km2 de superficie que tenía en 1967, la medida más antigua que hemos encontrado. Este tamaño la hacía el mayor ecosistema de agua dulce de nuestra isla.


La Dra. Yolanda León es bióloga y profesora universitaria en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo. Hace investigaciones y realiza acciones de conservación de especies y ecosistemas amenazados. Es la actual presidente del consejo directivo de la ONG Grupo Jaragua.

Empezamos a trabajar en la Laguna de Cabral hacia el año 2013 como parte de un Plan de Acción de Biodiversidad junto a CEMEX Dominicana, cuya concesión de yeso en La Salina no se encontraba muy lejos. Por esto, logramos convencer a esta empresa de que dicho Plan incluyera también actividades de conservación de la biodiversidad en este importante Refugio de Vida Silvestre, parte del Sistema de Áreas Protegidas de RD. Esta laguna dominicana ha sido reconocida internacionalmente como un “Humedal de Importancia Internacional” bajo la convención Ramsar, como un “Área Importante para las Aves y la Biodiversidad” por BirdLife International y como un “Sitio Clave para la Biodiversidad” del Caribe por Conservación Internacional. También, un estudio de Ducks Unlimited (2007) la colocó en tercer lugar a nivel de América Latina y Caribe en cuanto a su importancia como hábitat para patos migratorios que se reproducen en Norteamérica. Conteos hechos en los años 2000s por el Grupo Tinglar registraron más de 100 mil individuos de varias especies de patos durante la temporada invernal (patos de orilla, de la Florida y espinosos sobre todo). Y, hasta hace poco, se consideraba que esta laguna tenía la población más importante de nuestra única tortuga endémica, la jicotea sureña (Trachemys decorata), muy amenazada de extinción y confinada a muy pocos espacios del suroeste de RD. Los flamencos, rey congos, garzas diversas, ibis (negros y blancos) y otras vistosas aves acuáticas también la utilizaban como hábitat.
     Pescadores en la laguna de Cabral el 28 de agosto de 2014. ( MARVIN DEL CID)

Hoy conocemos más a los cabraleños y su fuerte relación con este ecosistema. Al visitar la laguna, pocas escenas eran más seguras que encontrar pescadores faenando al amanecer desde sus estrechos botes “cayucos”, empujados por largos palos, con sus pintorescas nasas de pesca cilíndricas. O verles deslizarse entre los espectaculares “carrizales”, como se denomina localmente al ecosistema formado por flores de loto. Y la oferta de ensartas de tilapias de la laguna en cualquier lugar del pueblo nunca faltaba. Algo que notamos desde el inicio era el rechazo al nombre de “Laguna de Cabral” en varios pueblos de la zona. Decían que la laguna no era sólo de Cabral e insistían en llamarla Laguna del Rincón. Con el tiempo, entendimos que la gente de otros poblados como Cristóbal, La Lista y El Peñon también tenían una relación muy especial con este cuerpo de agua; hay un estimado de que el 20% de los hogares de toda esta zona dependían de la laguna para su subsistencia. Ahora, toda esta gente sufre, y al igual que la flora y fauna de la laguna, están en serios problemas.

¿Por qué?

Ante esta situación, la pregunta obligada es ¿Por qué se ha secado a tal grado este cuerpo de agua? Primeramente, se conoce que esta laguna varía su tamaño en función de las épocas de lluvias, tormentas, etc. En este sentido, debemos recordar que estamos atravesando un intenso período de sequía a nivel nacional, tras una temporada de lluvias por debajo de lo normal. Igualmente, durante la sequía de 2015, cuando padecimos de un fenómeno de El Niño muy severo, la laguna se redujo sustancialmente. En el presente año, durante mayo y junio fuimos víctimas además de temperaturas muy elevadas causadas por una alta incidencia de la capa de aire del Sahara en el Caribe, lo cual podría haber acelerado aún más la alta evaporación de sus aguas de estos meses, que ya de por sí es alta.
     Foto de drone correspondiente al jueves 16 de julio de la laguna de Cabral. ( ARIEL CONTRERAS / GRUPO JARAGUA)

Otra causa muy citada por la población local es la sedimentación de la laguna, es decir, que el “embalse” que es ella misma, se ha llenado de sedimentos (sobre todo arcilla y limo) transportados por sus afluentes, y eso provoca que no conserve el agua que recibe. Algunos han llegado a acusar a una empresa que tiene una cantera al sur de la mina al lado de una cañada temporal (ahora seca) de ser el principal culpable de dicha sedimentación. Nuestra opinión es que el aporte excesivo de sedimento a la laguna es una realidad, y posiblemente sea también un factor agravante a la actual situación. Sin embargo, la sedimentación es un efecto lento y gradual que no parece haber impedido algunos de los altos niveles alcanzados en años recientes fuera de eventos extremos (por ej en 2013, cuando alcanzó un área de 33km2). Además, si vamos a buscar a un principal culpable de la sedimentación, entendemos que habría que mirar más críticamente hacia el río Yaque del Sur, que es el que aporta más regularmente agua cargada de sedimentos (y agroquímicos) a la Laguna a través del canal de Mena. Esta laguna se encuentra muy próxima al Río Yaque del Sur en su paso hacia la Bahía de Neiba, donde desemboca próximo a Barahona. Este río arrastraría la escorrentía superficial de su enorme cuenca, ubicada en el flanco sur de la Cordillera Central.

Pensamos que posiblemente haya otras causas agravantes más directas, como son la profunda alteración del régimen natural de aportes y desagües de agua. La hidrología de la laguna de Cabral ha sido altamente modificada a través de varios trabajos de ingeniería con el propósito principal de desarrollar proyectos agrícolas. Se conoce que los suelos entre el río Yaque del Sur y la orilla este de la laguna Cabral son llanos y de poca pendiente y que a la laguna en los 1920s le entraba agua desde ese río al menos por un caño al norte de la comunidad de Cabral denominado caño de Trujillo. También, cuando el Yaque del Sur se desbordaba, vertía agua a la laguna de Cabral a lo largo de toda su margen oriental. Entre los años 1950s y 1980s, el sistema fue intensamente modificado y a partir de entonces el aporte y el desagüe de agua dejó de seguir su régimen natural. Por un lado, se desarrollaron extensos proyectos agrícolas con sistemas de riego que utilizaban el agua del Yaque del Sur, sobre todo en la comunidad de Mena. Por el otro, y para controlar el exceso de agua del río y evitar inundaciones entre El Peñón y Cabral, se drenó y rectificó el caño de Trujillo (1954) y se hizo el canal de Mena (1979).
Situación actual del canal de Trujillo, próximo a la caseta de guardaparques de la Laguna Cabral. ( PABLO FÉLIZ / GRUPO JARAGUA)

Otro impacto en la hidrología de esta laguna ocurrió en los 1980s, cuando se construyó la carretera que une las comunidades de Cabral y El Peñón a lo largo de la margen del río Yaque del Sur, y la que une Cabral y Duvergé a lo largo de la orilla sur de la laguna. Por carecer de drenaje transversal, estas vías constituyen un verdadero dique de contención de 1.8 de elevación que bordea e impide la entrada natural de agua a la laguna desde el río Yaque del Sur, al este, y los ríos menores al sur. El único puente que permitía este flujo era el del canal de Trujillo, pero en la actualidad se encuentra tapado por sedimentos y vegetación.Ojo 

Pero no sólo las entradas de agua fueron modificadas. Aguas abajo de laguna Cabral, y con el objetivo de retener agua en la laguna para que sirviera de reservorio de los proyectos agrícolas de la zona baja de Neyba, se instalaron compuertas y se modificó el canal de Cristóbal (también en los años 1970s). De esta forma, el desagüe natural de laguna Cabral hacia el lago Enriquillo quedó a partir de entonces altamente modificado, y si bien la pesca en la laguna se benefició por el aumento del nivel de agua, la comunidad de Cristóbal se inunda en épocas de fuertes lluvias si las compuertas no son abiertas.

Dos botes se observan en suelo árido en la laguna de Cabral el jueves 16 de julio de 2020. ( PEDRO GENARO RODRÍGUEZ / GRUPO JARAGUA)


Se puede decir que desde los años 1970 la hidrología de la laguna Cabral y de la Laguneta Seca (una pequeña laguna al norte del cerro de Peñón Viejo) comenzó a estar regulada no sólo por los eventos naturales (lluvias, crecidas del río Yaque del Sur, huracanes, manantiales) sino sobre todo por el manejo del agua en las presas y en los campos de cultivo, así como por el control del agua que se hace en los canales de Mena y Cristóbal principalmente.

La hidrología de la Laguna Cabral ha sido afectada también por proyectos en la cuenca alta y media del río Yaque del Sur. Por un lado una considerable extensión de bosque seco tropical al norte de los cerros de Cristóbal y Peñón Viejo fueron destruidos y convertidos en pastoreo y/o agricultura. Por otro lado, se construyeron dos grandes presas, Sabana Yegua y Sabaneta, aguas arriba en la cuenca del río Yaque del Sur. Actualmente, se construye también la presa de Monte Grande. Conociendo la tradición de los embalses de las presas dominicanas para habilitación de riego agrícola, tememos que el balance hídrico de la laguna se torne aún más deficitario en los próximos años..
                    magen de la laguna de Cabral en 2016. ( MARVIN DEL CID)

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